10 Consejos para comprar una cámara de Segunda Mano

Comprar una cámara de segunda mano puede ser como elegir un compañero de viaje: quieres que sea confiable, que tenga buen humor y que no te deje colgado en el momento crucial. Así que, antes de dejarte llevar por la pasión ante una nueva relación amorosa, con un cuerpo nuevo, aquí tienes algunos consejos para asegurarte de que tu nueva pareja de capturas sea digna de tu confianza.

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1.- Edad no es solo un número, pero cuenta.

Como en una cita, preguntar la edad puede parecer descortés, pero en este caso, es crucial. Las cámaras evolucionan rápidamente y lo que era de última generación hace unos años podría ser considerado «vintage» hoy en día. No estamos diciendo que debes buscar una cámara con canas, pero asegúrate de que no sea una reliquia del pasado.

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2.- Consulta su historial de relaciones.

Pregunta al dueño anterior cómo era su relación con la cámara. ¿La usaban regularmente o solo en ocasiones especiales? ¿Hubo alguna separación temporal? La historia de la relación anterior puede darte pistas sobre lo que puedes esperar. Es verdad que aquí depende mucho de la honestidad del propietario anterior.

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3.- Contemos hasta mil… o más: Verifica el contador de disparos.

Una cámara que ha vivido una vida plena tiene algunas historias que contar, pero si ha disparado más veces que las ametralladoras de Rambo, podrías encontrarte con sorpresas no tan alegres. Comprueba el contador de disparos para asegurarte de que no estás adquiriendo una cámara que ha agotado la vida del obturador, en cámaras de gama media puede rondar la vida útil los 200.000 disparos, pero quizás es una cifra demasiado optimista.

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4.- ¿Fue estrella de cine o director de documentales?

Pregúntale a la «cámara» si ha pasado mucho tiempo grabando vídeos. Si ha estado trabajando en Hollywood, puede que esté más quemado el sensor que el Coloso en Llamas. Puede que al final seas el protagonista de una peli de terror.

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5.- Mira las cicatrices de batalla.

Cualquier cámara que se precie de ser buena tiene algunas historias que contar. Pero, al igual que no quieres una pareja con demasiado drama, busca una cámara que no tengas golpes ni caídas, si ves un golpe huye. MALTRATO CERO. Rayones pequeños pueden darle carácter, pero si parece haber luchado en una guerra, es mejor mantener las distancias.

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6.- El examen de los engranajes y conexiones: ¡Que no te deje colgado!

Nada arruina un día de fotos como un mecanismo que decide hacer huelga. Comprueba las tapas de cierre de la batería, asegúrate de que los conectores estén en buen estado y que todo funcione sin titubeos. Si encuentras algún componente reacio, puede ser una señal de que tu cámara está pensando en la jubilación.

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7.- Comprueba sus hábitos alimenticios.

Las baterías son como la comida para las cámaras. Antes de decir «sí, quiero», asegúrate de que la cámara no tiene un apetito voraz de energía, puede ser que las baterías estén agotadas, pero también que la cámara consuma mucho, y al final tendrás que comprar más baterías con todo lo que supone. Además, algunas cámaras más antiguas pueden tener una dieta muy selectiva y es posible que te encuentres gastando más en baterías que en el café de las mañanas, porque esas baterías ya no se encuentren fácilmente en el mercado.

8.- ¿Es la cámara un alma solitaria o tiene amigos?

La soledad puede afectar a cualquiera, incluso a las cámaras. Asegúrate de que la cámara que estás considerando tiene amigos en el mundo de la fotografía. Verifica si hay accesorios, lentes adicionales y otros complementos que la acompañen. Una cámara con un buen círculo de amigos es probable que haya sido cuidada mejor. En definitiva, compra cámaras que sean de las marcas más habituales, porque siempre tendrán más accesorios, repuestos, lentes etc.

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9.- ¿Manchas en el sensor?. Más que en un buffet de un hotel de Magaluf

Un primera comprobación que debemos hacer es comprobar si nuestro sensor o mejor dicho, el filtro delantero que lleva tiene manchas superficiales. Para ello haremos una foto hacia el cielo despejado o una pared sin textura y bien iluminada, con la máxima focal que tengamos, y con la F más cerrada (por lo menos f16 ó mejor de F22 para adelante). En la foto resultante podremos ver las posibles manchas del sensor. Si vemos puntos, pueden ser manchas de polvo o rastros de alguna pelusa, posiblemente podremos limpiarlas de forma facil y sencilla y es hasta cierto punto normal. Pero si vemos machas de tamaño grande con aspecto de «pringue» considera que son manchas húmedas que puede que no estén en el filtro superior sino directamente en el sensor, esto es bastante más complicado de limpiar y debes prestar atención. Recuerda que el sensor cuanto más limpio mejor, porque además nos indicará como ha sido de cuidadoso el propietario anterior.

Las manchas con forma de «pringue» también pueden ser de la óptica, revisa primero que esté limpia. Pero de ese tema ya hablaremos en otro artículo.

No hace falta posterizar la foto, pero aveces ayuda

10.- Por último realiza esta pequeña prueba para ver si: ¿Tiene secretos ocultos?

Es hora de poner a prueba la integridad del sensor. Como si fueras un paparazzi infiltrado, tapa el objetivo con una manta oscura o simplemente pon la tapadera a la montura y toma varias foto de larga exposición (30 segundos deberían ser suficientes). Saca la foto a una pantalla de monitor o al móvil, mejor que en la misma pantalla de la cámara y revisa la toma. Debe estar negra completamente ¿Ves algún píxel rebelde que queme la imagen? ¿O algún defecto que grite «no estoy en mis mejores momentos»? ¿Al pasar de una foto a otra esos puntos cambian de posición? Si cambian, más o menos bien, si no cambian, esos pixeles están muertos y ya no lo vas a recuperar nunca. Si son pocos no pasa nada, si son muchos ya depende de tus exigencias, pero si vas a hacer fotos nocturnas o de larga exposición después tendrás que corregir en edición esos puntos quemados. Queremos pareja nueva, pero a ser posibles sin “manchas”.

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Conclusión final:

En resumen, cuando estés a punto de dar el «sí» a esa cámara de segunda mano, asegúrate de que tenga un contador de disparos que no te dé vértigo, que no haya sido la estrella de demasiadas películas y que el sensor no tenga secretos oscuros. Además, dale una buena revisión a los engranajes y conexiones para evitar sorpresas desagradables en el camino. ¡Buena suerte y que tus fotos sean siempre impecables!

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Próximamente hablaremos de comprar nuevos objetivos.

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